lunes, 19 de febrero de 2007

Mensaje 3

Querida Alma,

Me resulta difícil llamarte así sabiendo perfectamente que eres una desalmada. Pero eso es lo que siempre me ha gustado de ti: tu falta de absoluta de escrúpulos. Cuando un hombre tiene que ser cruel, lo hace cargando de antemano con el peso de su culpa; en cambio, una mujer es capaz de disfrutar de su crueldad y hacer de ella todo un arte.

Yo he ido a buscar el infierno a esta isla maldita donde lo mejor que puede pasarte es quedar sepultado por una erupción de La Soufrière. Tú ni siquiera necesitas buscarte un lugar así, porque llevas el infierno allí donde vayas. Dicho queda, Alma mía.

Por eso mismo no dudo de que habrás vertido todo lo aprendido en una vida dedicada al crimen en esas novelas que tan bien se han vendido y que ahora te permiten vivir en la habitación de Agatha Christie. Aunque tal vez no necesites la inspiración fantasmal de esa vieja inglesa para tu próxima novela. Lo que empecé a contarte en mi primer mensaje es un filón: sólo necesitas tirar del hilo. De momento, te propongo que me ayudes a resolver este misterio.

Recuerda lo que te dije: Mr. Monday ha aparecido muerto en un fiordo cercano a Bergen totalmente vestido de azul, y quien me informó de su muerte dijo que su suicidio es un mensaje. Sólo he tenido que apelar a la nostalgia musical de mi adolescencia para recordar una canción que marcó época: «Blue Monday». Indudablemente el mensaje está ahí.

Como sé que la cultura popular nunca ha sido tu fuerte (no se me escapa que has robado tu nueva identidad a Alma Mahler, a quien sin duda te gustaría parecerte), te voy a hacer un poco de historia, porque el origen de esta canción está justamente en un suicido. Demasiadas coincidencias, ¿no te parece?

Me estoy refiriendo a Ian Curtis, el vocalista de la formación Joy Division, que se suicidó en 1980 a causa de los ataques de epilepsia que sufría. Tenía 23 años. La noche elegida para echar el telón estuvo viendo una película de Werner Herzog, Stroszek, que trata justamente sobre un artista atormentado que se quita la vida. Ian Curtis lo emuló a su manera colgándose en la cocina mientras escuchaba la canción de Iggy Pop The Idiot. Su sufrida esposa hizo colocar en su tumba la inscripción Love will tear us appart, el título de la canción más conocida de Joy Division.

Tras su muerte, el resto de la banda se refundó como New Order y grabó una canción ―entre la música electrónica y el postpunk― que les proporcionaría éxito inmediato: Blue Monday. En su letra está lo que nuestro querido difunto quiere decirnos. Te adjunto la estrofa más significativa para que tu proverbial inteligencia desentierre la primera pista…

I see a ship in the harbor
I can and shall obey
But if it wasn't for your misfortunes
I'd be a heavenly person today

Oscuramente tuyo,

Daniel

PD. Por cierto: todavía no me ha llegado el archivo digital de Mr. Monday.

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